Aunque actualmente existen estrategias para la gestión de plagas y enfermedades en el olivar (el MAPAMA publicó en 2014 “Guía de Gestión de Plagas Olivar” ISBN: ISBN 978-84-491-1410-6), éstas están basadas en prácticas culturales poco tecnificadas (Recolección temprana para reducir incidencia, labrar el suelo del olivo) y en la aplicación de fitosanitarios químicos.
El problema radica en que, en ocasiones las herramientas para la detección no son capaces de detectar la enfermedad en los estadios iniciales, sino que solo se detecta cuando ya está establecida o que, como ocurre en el caso de la Lepra del Olivo o de la Xylella fastidiosa no existen medios químicos autorizados para esos usos en los cultivos. Especialmente sensible es el caso de la Xylella fastidiosa que, en caso de alcanzar el Olivar en España puede llegar a herir de gravedad tanto a los agricultores de aceituna como a las industrias derivadas.
El proyecto de innovación, liderado por la empresa DOMCA y coordinado por el centro tecnológico AINIA, pretende aumentar la eficiencia, los rendimientos y mejorar por tanto los resultados económicos del sector olivarero y oleícola atacando las enfermedades que suponen una amenaza para la productividad del olivo debido a que las medidas existentes para el control de dichas enfermedades es insuficiente o no existe una solución de control efectiva.
En el marco del proyecto de innovación se van considerar tanto enfermedades emergentes (como es el caso de la Xylella fastidiosa) como endémicas (Verticilosis) desde todos los puntos de vista posibles: considerando tanto la posibilidad de prevención como el tratamiento de los árboles ya contaminados, todo ello de forma sostenible, empleando soluciones biológicas (microorganismos y/o extractos) que además reduzcan el empleo de fitosanitarios químicos tradicionales.
Para ello se emplearán estrategias novedosas para la detección, como la teledetección hiperespectral y térmica para la detección automática de síntomas o el uso de sistemas de biocontrol, más sostenibles y naturales y, en ocasiones, más efectivos que los fitosanitarios químicos tradicionales.
Esta modernización de las prácticas culturales de un cultivo tan importante en el territorio nacional repercutirá en toda la cadena de valor del olivo: desde el agricultor, pasando por el transformador de la industria oleícola o de aceitunas de mesa hasta llegar al consumidor final, que podrá acceder a productos producidos de forma sostenible, libre de fitosanitarios químicos.
Por ello, el objetivo del proyecto de innovación es diseñar un control integrado innovador para cada una de las enfermedades seleccionadas en esta primera fase y que resulte en un aumento de la productividad en los campos de olivo y una mejora en la calidad de los aceites de oliva obtenidos a partir de las cosechas tratadas con la estrategia a medida diseñada.
De esta forma, mediante a reestructuración y la modernización de las estrategias para el control se pretende que el sector olivarero de respuesta a las nuevas necesidades de los consumidores, que cada vez demandan más productos ecológicos, naturales, libres de pesticidas químicos.